¡°Muchos cient¨ªficos han estudiado penes, pero hay un vac¨ªo incre¨ªble en nuestro entendimiento de las vaginas¡±
Patricia Brennan es una pionera en la investigaci¨®n de la sexualidad de las hembras en la fauna y sus descubrimientos van desde el mecanismo ¡°antiviolaci¨®n¡± en patos hasta el cl¨ªtoris de las delfines
¡°Y entonces, ?las hembras qu¨¦?¡±, exclama la bi¨®loga Patricia Brennan recordando lo que sinti¨® al ver por primera vez el pene del pato pequin¨¦s. Esta especie forma parte del escaso 3% de las aves que cuenta con pene para la c¨®pula, mientras que el resto se limitan a besarse con sus cloacas. Mide hasta 20 cent¨ªmetros, proporcionalmente gigantesco, y en forma de espiral; aquel pene dej¨® estupefacta a Brennan. ¡°Casi me caigo de la silla, era como un tent¨¢culo enorme. ?Qu¨¦ es este ¨®rgano tan raro? E inmediatamente mi pregunta fue ?y las hembras? ?En d¨®nde va este pene horripilante?¡±, recuerda entre risas. Nadie se hab¨ªa hecho esa pregunta a pesar del amplio conocimiento que se ten¨ªa sobre el pene de los machos.
Una pregunta que abrir¨ªa las puertas a todo un campo de estudio: hasta que lleg¨® esta investigadora colombiana, muchos hab¨ªan analizado los penes de los animales, pero casi nadie se hab¨ªa interesado por las vaginas. Ese mismo d¨ªa fue a una granja en Sheffield, cerca de la universidad inglesa, donde hab¨ªa comprado dos patos machos durante su investigaci¨®n postdoctoral, para comprar tambi¨¦n dos hembras, diseccionarlas y mirar c¨®mo eran sus vaginas. Y comenz¨® una peque?a revoluci¨®n.
¡°Fue uno de esos momentos incre¨ªbles en que t¨² dices: Wow, no puedo creer lo que estoy viendo¡±, asegura por videoconferencia Brennan, medellinense de 51 a?os. ¡°La vagina se sent¨ªa grues¨ªsima, muy extra?a, y cuando apareci¨® esa estructura yo no lo pod¨ªa creer, ?c¨®mo puede ser que nadie haya visto y descrito esto?¡±, narra. Es una especie de laberinto abultado, fibroso e intrincado. Su jefe no daba cr¨¦dito y, tras comprobar que no era algo raro de ese ejemplar, contactaron al mayor especialista, en Francia. ¡°Nunca he visto nada as¨ª, no lo puedo creer¡±, respondi¨®. Como todos los expertos en estas aves, solo estudiaba el punto, al final de la vagina, donde los machos depositan el esperma. Ignoraba el resto. ¡°La ciencia a veces es tan interesante porque no encuentras lo que no est¨¢s buscando¡±, dice entre risas. ¡°Yo estaba buscando algo en las hembras y lo encontr¨¦. Si para empezar no te haces esa pregunta, es imposible¡±, resume la investigadora del Mount Holyoke College.
El hallazgo de Brennan era extraordinario, porque ayudaba a explicar la extra?a forma del pene del pato. Es el resultado de una ¡°escalada armament¨ªstica¡± entre hembras y machos. Cuando ellos no tienen pareja, atacan a las hembras y las fuerzan con gran violencia, a veces en grupo. ¡°Sufren enormemente en las agresiones sexuales, hasta la muerte¡±, advierte la cient¨ªfica. As¨ª que ellas han respondido forzando una coevoluci¨®n de sus ¨®rganos sexuales, al desarrollar esas vaginas laber¨ªnticas para evitar que los agresores logren fecundarlas. Las hembras pelean por el control de su autonom¨ªa reproductiva. ¡°Es incre¨ªble, es una historia superfeminista¡±, se?ala, ¡°porque al final de cuentas, las hembras est¨¢n ganando la batalla, ellas evolucionaron una adaptaci¨®n con la que le dan la mayor¨ªa de la paternidad al macho que ellas han escogido¡±.
El bi¨®logo evolutivo de la Universidad de Yale Richard Prum, con quien trabaj¨® Brennan, resalta en su libro La evoluci¨®n de la belleza (?tico de los Libros) la importancia de su hallazgo: ¡°Las observaciones que hizo Brennan confirmaron que las espirales de la vagina de la hembra son literalmente un mecanismo antiviolaci¨®n¡±. Mediante contracciones de los m¨²sculos vaginales pueden expulsar el esperma que no lleg¨® muy lejos, del mismo modo que las gallinas de corral lo hacen desde su cloaca con machos no deseados. El resultado es que en las especies de patos con menos copulaciones forzadas el pene es m¨¢s peque?o, porque las hembras no han puesto en marcha esa escalada evolutiva. Ellas determinan c¨®mo son los machos.
¡°Era como un tent¨¢culo enorme e inmediatamente mi pregunta fue ?y las hembras? ?En d¨®nde va este pene horripilante?¡±Patricia Brennan
Un estudio reciente en antecesores de los humanos mostraba que menguaron los colmillos de los machos porque las hembras escog¨ªan a los menos violentos. Esta percepci¨®n de las hembras como agentes activos en la reproducci¨®n, capaces de elegir pareja y moldear a su propia especie, es una idea que hac¨ªa que le explotara la cabeza a muchos cient¨ªficos. Sobre todo, a partir de interpretaciones sesgadas del legado de Charles Darwin. Y todav¨ªa hoy se entiende la selecci¨®n sexual como una cosa de machos alfa peleando a muerte. ¡°Si las preferencias est¨¦ticas de las hembras son las que impulsan el proceso¡±, escribe Prum, ¡°es la autonom¨ªa sexual femenina la que es mayormente responsable de la evoluci¨®n de la belleza en la naturaleza¡±. ¡°Este era un concepto muy inquietante en la ¨¦poca de Darwin y a muchos tambi¨¦n se lo parece en la actualidad¡±, advierte el bi¨®logo.
Por eso, la forma de los genitales masculinos ¡ªb¨¢sicamente los ¨²nicos que se estudiaban¡ª se interpretaba con la hip¨®tesis del cerrojo y la llave. Si la llave ¡ªel pene¡ª tiene esta forma, es porque la cerradura ¡ªla vagina¡ª est¨¢ dise?ada para que encaje a la perfecci¨®n y no haya confusi¨®n entre especies. Brennan mostr¨® que las hembras desarrollan cerraduras para desafiar las llaves, y no al rev¨¦s. Pero para saberlo, hab¨ªa que analizarlas a ellas. Un estudio de 2014 lo describ¨ªa as¨ª: los proyectos cient¨ªficos que exploran la hip¨®tesis de la cerradura y la llave se desarrollan, en su gran mayor¨ªa, analizando solamente el pene. En general, solo el 8% de los estudios se centraron en los genitales femeninos.
Solo el 8% de los estudios sobre sexualidad animal se centraron en los genitales femeninos
Brennan pens¨® que algo parecido podr¨ªa estar pasando en otras especies, ¡°pero nadie lo ha mirado¡±. As¨ª empez¨® a buscar otras evidencias de conflicto sexual y coevoluci¨®n de armamentos reproductivos. Ahora, es una especialista mundial en las vaginas animales, tras estudiar c¨®mo son las de grupos tan distintos como cet¨¢ceos, alpacas, culebras (con pinchos en el pene), cocodrilos, murci¨¦lagos, y tiburones, de los que las hembras se defienden en su vagina con col¨¢geno de la espina enorme que les clava dentro el macho. ¡°Este conflicto que se manifiesta en caracter¨ªsticas genitales lo hemos encontrado en todas partes¡±, afirma esta bi¨®loga evolutiva.
¡°Hay un vac¨ªo incre¨ªble en nuestro entendimiento de las hembras, de las vaginas. Ha habido una fascinaci¨®n con los penes por mucho tiempo. Muchos cient¨ªficos han estudiado penes, que son superinteresantes, pero el problema es que hay hip¨®tesis como la de la llave y la cerradura. Y la mayor¨ªa de las personas que han examinado esa hip¨®tesis han mirado solo al macho, solo la llave. ?C¨®mo puede usted concluir que la llave empata en la cerradura si no mira la cerradura? Es una manera incompleta de tratar de entender el proceso evolutivo¡±, desarrolla la investigadora. Por eso, su sue?o ser¨ªa crear un Instituto de Investigaci¨®n de la Vagina, para llenar de forma sistem¨¢tica esos vac¨ªos en la biolog¨ªa de las hembras.
Vaginas incre¨ªbles
Su ¨²ltimo hallazgo es que las hembras de delf¨ªn tienen un cl¨ªtoris tan placentero y ¨²til como el de las mujeres. Las hembras de muchas especies de cet¨¢ceos tienen una serie de dobleces dentro de la vagina que se pens¨® que serv¨ªan para que el agua de mar no entrara y arruinara el esperma de los machos. Pero su colaboradora Dara Orbach empez¨® a hacer disecciones ¡ªde hembras¡ª y descubri¨® que hab¨ªa una variaci¨®n incre¨ªble entre especies: algunas ten¨ªan una, otras dos, otras 15 dobleces. ¡°?Por qu¨¦ tanta variaci¨®n, si es solamente para mantener fuera el agua salada? Decidimos investigar esa pregunta y el resultado para m¨ª fue incre¨ªble: encontramos en los delfines b¨¢sicamente lo mismo que en los patos¡±, explica Brennan mostrando una imagen de la vagina de las delfines mulares que tiene enmarcada y que acaba de coger de una estanter¨ªa. ¡°Un mecanismo donde las hembras est¨¢n bloqueando el acceso del pene de los machos: o est¨¢ ubicado en la posici¨®n exacta o no pasa y el esperma no llega¡±, explica.
¡°Si entendi¨¦ramos un poco mejor las diferentes rutas de dise?o de las vaginas en la naturaleza ayudar¨ªa a prevenir los problemas en humanas¡±Patricia Brennan
Aunque los delfines est¨¢n encasillados en un estereotipo infantiloide y juguet¨®n, su vida sexual es tan compleja como la humana. Practican sexo por placer y para socializar, en muchas ocasiones entre machos o entre hembras, y se masturban entre ellos de todas las formas imaginables. Pero los delfines mulares tambi¨¦n agreden sexualmente a las hembras y por eso tienen estas vaginas antivioladores. Poco se ha estudiado la diversidad sexual de los animales para descubrir los matices de una vida sexual mucho m¨¢s compleja que una simple c¨®pula para procrear, como denuncia Joan Roughgarden en El arco¨ªris de la evoluci¨®n (Capit¨¢n Swing): ¡°El sexo resulta beneficioso para una especie. La finalidad del sexo no es la reproducci¨®n en s¨ª misma, dado que las especies asexuales son perfectamente capaces de reproducirse¡±. Pero es que ni siquiera se ha investigado bien la sexualidad destinada a la reproducci¨®n, porque se deja fuera la mitad de la ecuaci¨®n, las hembras, que a veces resultan ser la verdadera clave.
¡°Las vaginas son incre¨ªbles¡±, resume Brennan fascinada, antes de ponerse a enumerar sus superpoderes evolutivos, inmunol¨®gicos, musculares... Pero no entendemos muchas funciones, lamenta, como su habilidad de distensi¨®n, muy importante desde el punto de vista m¨¦dico, ¡°porque hay much¨ªsimas mujeres que sufren consecuencias negativas cuando tienen partos que se complican¡±. ¡°Si entendi¨¦ramos un poco mejor las diferentes rutas de dise?o de las vaginas en la naturaleza ayudar¨ªa a prevenir los problemas en humanas¡±, asegura. Por eso en su laboratorio est¨¢n empezando a crear un cat¨¢logo de la elasticidad y firmeza de los tejidos vaginales en todas estas especies diferentes. ¡°Porque el modelo que tenemos ahora mismo para las vaginas humanas son las ratas, y una rata es completamente diferente. Por ejemplo, los machos tienen espinas en el pene y las vaginas de las ratas tiene adaptaciones distintas¡±, afirma.
Curiosamente, Brennan comenz¨® tambi¨¦n centrada en los machos, porque quer¨ªa entender los motivos evolutivos que llevaron al 97% de las aves a perder el pene. Una pregunta que no ha logrado contestar, porque prefiri¨® estudiar a las hembras. Algo que no se hac¨ªa, seg¨²n ella, porque estudiar la sexualidad animal ¡°no parece muy serio¡± y tambi¨¦n porque ¡°t¨ªpicamente hab¨ªa m¨¢s investigadores hombres y las preguntas que se hac¨ªan eran diferentes¡±. Pero advierte contra la tentaci¨®n de comparar personas y animales: ¡°Es una equivocaci¨®n justificar el comportamiento de los humanos mirando el de los animales. Cuando digo que la historia de las patas es feminista, lo digo en el sentido de que nos ayuda a ver la habilidad de las hembras para cambiar su destino evolutivo: son jugadoras a la par en el mismo juego. No digamos ¡®pobrecitas, las est¨¢n forzando todo el tiempo¡¯, sino ¡®ya han evolucionado unas defensas para protegerse¡±.
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